sábado, 5 de julio de 2014

Michael y los sin hogar de Las Vegas

Historia contada por Bill Whitfield y Javon Beard, guardaespaldas de Michael. 

Javon: Una noche conduciendo a casa tuvimos que parar porque se puso el semáforo en rojo y justo al lado de la carretera había un hombre y una mujer sin hogar. Ellos discutían entre sí por algo y estaban de pie con un cartel. Éstas son el tipo de cosas que se ven todo el tiempo aquí, gente con carteles que dicen: "Sin hogar, por favor ayuda". Las Vegas es una ciudad dura.

Bill: El Sr. Jackson vio a esa gente y dijo: "¿Por qué están estas personas así?". "Esas personas están sin hogar, señor". Le dijo a Javon que se detuviera. Nos detuvimos junto a la acera y nos miramos durante un minuto. El Sr. Jackson vio a todos los otros coches que pasaban de largo y preguntó: "¿Por qué no para nadie para ayudarlos? ¿Por qué no se detiene nadie?". Entonces dijo a Javon: "Llame a la mujer hacia el coche". Javon bajó la ventanilla y le hizo una seña. Cuando llegó al coche, el Sr. Jackson bajó la ventanilla un poco y dijo: "¿Cómo te llamas?", "Amanda", dijo ella. Hablaron durante un rato. Quería saber su historia. Le preguntó dónde estaba su familia. Ella le contó que antes había sido bailarina. Entonces se giró para llegar a algo en el asiento trasero. Oí el sonido del papel. Estaba sacando dinero. Sacó tres billetes de cien dólares, se lo dio y le dijo: "Toma esto". Ella se quedó sin habla. Estaba casi llorando, diciendo: "Gracias, gracias, gracias."

Javon: Después de que le diera el dinero, ella retrocedió unos pasos y comenzó a marcharse. El tipo que estaba antes con ella se levantó, se acercó a ella y trató de arrebatarle el dinero. Ella se apartó, el tipo seguía tratando de quitárselo y comenzaron a luchar entre ellos. Ella comenzó a gritar: "¡No! ¡Esto es mío!". Vi que el Sr. Jackson decía: "No, no, no! Javon, para el coche". Di marcha atrás de nuevo y él llamó al hombre por la ventana diciendo: "¡No hagas eso! Ven aquí, tengo algo para ti". Sacó otros trescientos dólares y se los dio al hombre. La señora se puso a llorar, como si la hubieran salvado.

Bill: Les dijo que usaran el dinero para comprar comida. "Obtener algo nutritivo", dijo. "No lo gastéis en droga". "No, señor! Dios te bendiga", dijeron los dos. De repente, el hombre se detuvo y miró por la ventanilla del coche y dijo: "¿Eres Michael Jackson?". "No, no, yo no soy". Me volví hacia el asiento trasero y le dije: "¿Está usted listo para irnos, señor?". "Sí, estoy listo", dijo. Cuando seguimos el camino el Sr. Jackson dijo: "¿Hay mucha gente así en Las Vegas?". "Sí", le dije. "Hay partes de Las Vegas en las que viven muchas personas sin hogar". "¿En serio? ¿Podemos ir allí?". Dudé por un momento. "¿Quieres ir allí esta noche, señor? Esta noche no sería un buen momento". "No, no", dijo. "Podemos ir otro día. Sólo quiero ver". La parte mala de Las Vegas está en el lado norte, la calle principal y Las Vegas Boulevard, a lo largo de Cashman Field. Cuando mencionó ir allí, yo estaba contento pensando que se olvidaría de ello. A veces, cuando él hacía peticiones inusuales, cosas que yo sabía que no eran viables o no eran una buena idea, me gustaba esperar un poco antes para ver si él cambiaba de idea. A veces lo hacía, pero si me lo recordaba otra vez yo sabía que iba en serio. En esta ocasión, lo recordó. Un par de días más tarde, se volvió hacia mí y me dijo: "¿Cuándo vamos a ir a ese lado de la ciudad?". "¿Qué parte de la ciudad, señor?". "¿Dónde están las personas sin hogar". Así que nos dirigimos hacia el norte hasta la calle principal. No podía creerlo. "Es increíble", dijo. "¡Este país tan rico y la gente tan pobre y viviendo en la calle!". Le dijo a Javon que se detuviera. Yo estaba un poco nervioso. No estaba tranquilo con toda aquella gente dando vueltas alrededor del coche. Luego nos paramos en el lado de la carretera. Entonces el señor Jackson dijo: "Quiero ayudar en algo". Pensé que significaba que quería salir del coche y le dije: "No creo que sea una buena idea ir por ahí, señor!". Él dijo: "No, no. Será por la ventana". Abrió la ventana y comenzó a llamar a la gente. Tenía una riñonera puesta, la abrió y estaba llena dinero en efectivo. Venían a la ventana y les daba un billete de cien dólares por la rendija de la ventana a cada uno. Una cosa que noté fue que él estaba tratando de captar la atención de las mujeres. Quería hacer que ellas fueran las primeras. Era como: "Ven aquí. No, no, no. Usted. Usted venga aquí". Muchos de los hombres ya tenían su dinero también. La gente empezó a hacer cola fuera de su ventana, como si fuera un cajero automático.

Javon: Regaló tanto que se acabó y se disgustó un poco. Empezó a decir que tenía que haber traído más. Empezamos a ver su otro lado, su compasión por los demás y fue algo increíble. No había medios de comunicación por allí, no había cámaras. Sólo había una grieta en la ventana, así que nadie podía decir que era él. Era algo que quería hacer, sólo eso.

Michael a las afueras de Lladró en Los Ángeles (9 de abril de 2009)

1 comentario:

  1. Maravilloso... Es posible conseguir el libro en español?

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