sábado, 5 de enero de 2013

Adrian Grant, 1994.

"Es hora de dejar de escarbar en la superficie de Michael basándonos en lo que vemos y leemos en aquellos sitios que lo único que quieren es agotar sus ediciones. También es hora de que la industria discográfica deje de tratarle como 'una máquina de baile', un juguete bien sincronizado, ya que de esta manera dejamos de apreciar su fuerza mágica".

"Parece demasiado bueno para ser verdad, demasiado para un hombre que tiene los pies en la tierra y con una voz que llega a millones de personas, sea cual sea su color y religión. Parece que en alguna parte alguien se ha vuelto intolerante con su poder que va en aumento y la influencia que Michael tiene y planeó para él uno de los finales más crueles que se pueden imaginar".

Michael Jackson y Adrian Grant

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